La noticia del resultado no negativo del joven ciclista argentino Maximiliano Richeze tras su victoria en una carrera francesa de abril pasado fue un verdadero shock. Es que a sólo un día de su presentación en el Giro de Italia de mayo, nadie esperaba semejante baldazo de agua fría porque la ilusión era que este año lograra conquistar la ansiada primera victoria para Argentina en la historia de esta competencia, la segunda más importante del mundo detrás del Tour de Francia.
Esta situación causó un gran pesar en el ambiente ciclístico y a los que seguimos desde siempre este deporte enseguida nos inundó el sentimiento de solidaridad y apoyo para con esta gran promesa del deporte pedal argentino, que aún hoy atraviesa el peor momento de su vida y espera que el tiempo aclare que todo se trató de un error.
De todas maneras, esta nota no busca ahondar sobre el caso Richeze, sino que tiene como objetivo hacer pública la indignación que me provocó el tratamiento de este tema por parte de los medios masivos de comunicación de nuestro país.
¿Puede ser posible que sólo cuando la palabra “doping” gira en torno de un corredor es noticia? No sirven los éxitos, los resultados destacados o las medallas conseguidas, para que merezcan un espacio digno en la difusión.
Y vamos con el ejemplo fresco de Richeze: El ‘Atómico’ fue un astro en las categorías juveniles, salió campeón argentino en mayores, ganó el oro en el Panamericano Sub 23, se convirtió en profesional en el difícil circuito europeo, obtuvo su primer triunfo el mismo día en que debutó internacionalmente, consiguió seis más en apenas dos temporadas, y por si fuera poco, alcanzó 14 top tens en el Giro de Italia con el record de ostentar la mejor actuación argentina de la historia con tres segundos puestos de etapa.
Sin embargo, nunca nada… apenas algunos renglones, una fotito en caso de ser algo muy importante, una mención mínima en las radios y ni hablar de una nota para la televisión.Pero claro, como ahora se trata de un caso de doping, sí… los grandes canales y los de cable, las radios masivas y las chicas del interior, los principales periódicos y los pasquines de barrio, se hicieron eco de la noticia y en muchos, pero muchos casos, descubrieron que existía un tal Richeze de 25 años que corría en bicicleta.“Doping positivo de un argentino”, “El doping golpea de vuelta al ciclismo” y “Por doping excluyen a un argentino del Giro de Italia”, fueron algunos de los catastróficos títulos que se mencionaron en los medios.
Y nada estaba más lejos de la realidad, porque todavía no se podía hablar de un positivo, sino de un no negativo, y había que esperar al menos un mes más hasta la contraprueba para confirmar si se trataba de un caso de doping y si existieron atenuantes que justificaran la inocencia del corredor.
Finalmente, la contraprueba resultó positiva pero se confirmó que fueron los aminoácidos americanos que tomaba el corredor los que estaban contaminados, al igual que le sucedió a un tenista famoso y otros deportistas, por lo que eso limpió su imagen y también podría servir para reducir en gran parte su sanción, que aún no se conoce.
Sin embargo, aquí en nuestro país, al momento de conocerse la noticia, se dio la historia de nunca acabar. Es que para los medios de difusión, el ciclismo argentino no vende pero cuando se trata de casos de doping sí.
El tema es que nunca probaron con darle difusión a la actividad ciclística, la cual sin lugar a dudas tiene muchos más adeptos que otros deportes -salvo el fútbol- que hoy sí tienen grandes espacios.Y por último y para desmitificar la ligación de la palabra doping con el deporte ciclismo, vale decir que esta actividad es una de las pocas que lucha realmente contra este fantasma que amenaza al deporte todo, y pese a esto, no es la que tiene mayores controles positivos en el mundo.
En Francia, un estudio reciente de la Agencia de Lucha Contra el Doping, indica que el Hockey sobre Hielo está primero junto al Básquet con 11 infracciones, luego siguen el Fútbol y el Waterpolo con 8, y a continuación el Rugby con 3. ¿El Ciclismo? Está 15to.
En fin, somos conscientes de que no se puede exigir que se trate de otra manera los casos de doping porque en definitiva, una vez confirmados, son faltas a la ética deportiva. Pero el pedido para los medios argentinos es que al menos le den la misma importancia y espacio a los éxitos que prácticamente a diario consiguen las decenas de ciclistas argentinos que actúan en el exterior y también que las grandes carreras del país tengan aunque sea un pequeño lugar para su difusión.
Mario Sabato (*)
El autor es periodista.
Mario Sábato es la palabra más autorizada para hablar y escribir de ciclismo en Argentina. Es redactor de la agencia Télam, director de la Revista Ciclismo XXI y conductor del programa televisivo del mismo nombre. Cubrió 6 Campeonatos Mundiales, 4 Copas del Mundo, 1 Campeonato Panamericano y los Juegos Sudamericanos 2006. Además, realizó más de 100 coberturas en el país entre las que sobresalen 26 Campeonatos Argentinos y otras competencias importantes como por ejemplo: Vuelta a la Argentina, Doble Bragado, Vuelta a San Juan, Vuelta a Mendoza, Seis Días en Bicicleta, Tour Internacional de San Luis y otras.