Mariano Suarez - Periodistas y mercaderes

miércoles, 19 de marzo de 2008


Por Mariano Suarez (*).

Un proverbial enunciado de Marshall McLuhan afirma que la información ha dejado de ser un bien destinado a producir otros bienes para convertirse en el principal de los bienes: la información como mercancía. El periodismo deportivo vernáculo es una de las manifestaciones más visibles de esa realidad.
Los recientes hechos violentos del fútbol no representaron una amenaza para la industria, comprometida con esa matriz mafiosa, pero sí obligaron a un aleccionado grupo de amanuenses, disfrazados de periodistas, a silenciar los costados más sensibles del asunto.
Las páginas de deportes de los diarios tradicionales de los últimos días -con dignas excepciones- parecieron diseñadas por los agentes de prensa de los clubes cogobernados por los violentos. Fueron un vulgar producto de una combinación de escribas a sueldo con conglomerados de medios (Clarín a la cabeza) acostumbrados a vivir del silencio y el intercambio de favores oficiales.
Esta simulación del periodismo es la más eficaz negación del oficio. Y es acaso la manifestación de superficie del virulento proceso de concentración de medios, que se registra a escala global y en América Latina con especial fuerza.
En el año 1900, en Estados Unidos, portavoz del derecho a la libertad de expresión, existían 2.033 propietarios de medios gráficos. En 1984, según el informe de Ben Bagdikián, el vasto mercado de medios norteamericano ya estaba controlado por apenas 14 grupos. América Latina ha seguido ese mismo derrotero.
El derecho a la libertad de expresión exige un Estado regulador que asegure la pluralidad informativa. No uno que se constituya en el garante de los negocios privados.
Mientras no haya un mapa de medios más democrático, el periodismo deportivo -terreno fértil por excelencia para el trabajo precario y el adoctrinamiento de dóciles (des)informadores- será un espacio poblado por mercaderes a sueldo.
Sea en Nuñez o en la Boca, se trata de un periodismo de ficción que expulsa cada día genuinos trabajadores de prensa. En sus márgenes, por fortuna, están los blogs.

(*) El autor es periodista y abogado.

Mariano Suarez

Amigo, abogado y compañero. Todas esas cosas es en mi vida Mariano Suarez o el Gorrión como le decimos en la Agencia Nacional de Noticias Télam, empresa donde se desempeña como redactor de la sección Deportes hace varios años. Peleador incansable por la defensa de los derechos de los trabajadores, terco enemigo de los traidores y gran periodista poseedor de una prosa exquisita. Estudiante eterno, está en la búsqueda de su tercer título universitario (Abogado, Licenciado en Ciencias de la Comunicación y proximamente Licenciado en Letras) y su primera maestría (en derecho laboral). Es realmente un gusto que engalane el blog con su comentario.